Fiestas sin agobio: cómo disfrutar de los eventos sin quedarte atrapado en la presión social
Las fiestas del pueblo, las celebraciones familiares o los eventos sociales son momentos para compartir, pero no siempre se viven con calma. A veces, sin darnos cuenta, podemos sentir que “tenemos que dar la talla”: mostrar la mejor versión, vestirnos perfectos o aparentar que todo va bien.
Esa presión interna, unida a la incertidumbre de qué pasará o con quién nos encontraremos, puede generar nervios, autocrítica y un exceso de atención en cómo nos ven los demás. La buena noticia es que hay estrategias muy sencillas que ayudan a cambiar el foco y disfrutar más del momento.
Hoy te comparto un protocolo práctico que puedes aplicar antes, durante y después de las fiestas para vivirlas con más serenidad y autenticidad.
1. Antes de las fiestas: prepara tu mente
- Cambia el objetivo: en vez de “impresionar” o “gustar”, piensa en algo que dependa solo de ti: bailar, probar una comida típica, saludar a un amigo.
- Respira antes de entrar: haz tres respiraciones profundas (inhalar en 4 segundos, exhalar en 6) para regular la activación.
- Fija tu atención en el entorno: observa 3 cosas que veas, escuches o huelas antes de entrar, para ir soltando el foco en ti mismo/a.
- Ten frases comodín preparadas ante interacciones imprevistas con los demás.
2. Durante las fiestas: mantente presente
- Juega con los sentidos: si notas nervios, prueba la técnica 5-4-3-2-1: 5 cosas que ves, 4 que oyes, 3 que tocas, 2 que hueles, 1 que saboreas.
- Rompe el bucle de autoevaluación: cuando aparezca el “¿cómo me estarán viendo?”, dirige tu atención a algo concreto de la música, la decoración o la conversación.
- Acércate a gente segura: pasar tiempo con personas con las que te sientas a gusto ayuda a relajarte y disfrutar.
- Haz pausas breves: si te sientes saturado/a, sal unos minutos, respira y vuelve.
3. Después de las fiestas: cuida el post-evento
- Corta el repaso mental excesivo: si notas que empiezas a analizar cada detalle, posponlo diciendo: “Mañana lo pensaré si es necesario.”
- Registra lo positivo: escribe tres cosas que te hayan gustado o que hayas hecho bien.
- Cambia el canal: dedica tiempo a una actividad que te absorba (leer, cocinar, ver una serie) para no dejar espacio a la rumiación.
Las fiestas son para disfrutar, no para pasar un examen invisible. Con un poco de preparación y estrategias simples, puedes vivirlas de forma más auténtica, conectando con lo que realmente te importa.