¨Me siento desmotivado desmotivada por todo¨
¨Me siento desmotivado desmotivada por todo¨
18 de Septiembre de 2025

Te levantas, haces lo imprescindible y apagas la alarma mental hasta el día siguiente. Si hoy te reconoces en «me siento desmotivadx con todo», este texto es para ti: para normalizar, entender y poner en práctica pasos pequeños y concretos que devuelvan sentido y energía a tu día a día.


Puede aparecer por muchas razones: estrés acumulado, pérdida de sentido en lo que haces, falta de descanso, cambios hormonales, duelo, aburrimiento, o como síntoma de depresión.


Primer paso y ojo con esto!: Etiquetarla como "flojera" o "mala actitud" solo aumenta la culpa y el aislamiento. Empieza por reconocerla sin juzgarte.


¿Cuándo pedir ayuda profesional?


Pedir ayuda no significa rendirse, sino todo lo contrario: implica reconocer que algo importante merece atención. Es recomendable consultar con un/a profesional de la psicología cuando:


-La desmotivación dura semanas y no mejora con pequeños cambios.

-Se acompaña de una disminución marcada de energía, problemas de concentración o pérdida de interés en casi todo.

-Aparecen alteraciones en el sueño o el apetito.

-Surgen pensamientos recurrentes de inutilidad o de no querer seguir adelante.

-Interfiere en tu trabajo, estudios, relaciones sociales o autocuidado.

-Ganas de quedarte en casa, no socializar. O a la contra, salir para desconectarte completamente. Como moverte por polos.

-Recurrir al alcohol y/o a otros consumos para desviar el pensamiento, preocupación o problema.


¿Qué puedes hacer ahora?


1. Microtareas: divide para vencer


Cuando todo parece enorme, divide. En vez de "ordenar la casa", prueba: 1) recoge la mesa (5 minutos), 2) barre la cocina (7 minutos), 3) saca la ropa (3 minutos). Completar microtareas genera impulso y reduce la procrastinación.

Ejercicio: elige una tarea que estés evitando y divídela en pasos de 5–15 minutos. Haz solo el primer paso.


2. Activación conductual


La conducta influye en las emociones. Planificar pequeñas actividades placenteras o significativas puede romper el bloqueo: una caminata corta, llamar a una persona que te hace bien, preparar tu comida favorita, leer 10 páginas de un libro.

Idea práctica: crea una lista de 6 actividades (3 placenteras, 3 que te den sentido) y elige una para hoy.


3. Rituales y estructura ligera


No necesitas una agenda perfecta; una estructura mínima ayuda: hora de levantarte, una pausa sostenida a media mañana, y una rutina breve antes de dormir. Los rituales reducen la fatiga decisional.


4. Autocompasión en lugar de autocrítica


Habla contigo como lo harías con una persona queridísima que te cuenta lo mismo. Frases útiles: “Esto es duro y está bien sentirme así”, “Hoy puedo intentar una cosa pequeña”.


5. Cuidar el cuerpo para cuidar la mente


El sueño, la alimentación y el movimiento importan. No se trata de perfección, sino de hábitos mínimos sostenibles: 7–8 horas de sueño en la medida de lo posible, una comida que te aporte energía, mover el cuerpo 10–20 minutos.


6. Revisión de objetivos: ¿siguen siendo tuyos?


A veces la desmotivación surge porque perseguimos objetivos que ya no nos representan. Pregúntate: ¿esto es importante para mí ahora? ¿Qué valor cumple esta actividad en mi vida?


Ejercicio reflexivo: escribe 3 valores personales y revisa si alguna actividad diaria está alineada con ellos.